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El concepto de Legaltech y sus variantes

 

En 1979, la compañía norteamericana LexisNexis (pionero proveedor de servicios de investigación legal asistidos por ordenador) introdujo UBIQ, el primer terminal en el mundo que tenía un automarcador telefónico que conectaba (desde los poquísimos despachos que se lo podían permitir) con las bases de datos de leyes y jurisprudencia de algunas bibliotecas de Estados Unidos.

Acababa de nacer la Legaltech o tecnología legal.

El terminal UBIQ

En estos últimos 40 años ha llovido bastante en materia de tecnología legal, y sin duda el concepto de tecnología aplicada a la prestación o comercialización de servicios legales se ha popularizado una barbaridad desde 2008 en adelante.

De hecho, el universo Legaltech ha crecido tanto y se ha vuelto tan extenso, que han aparecido conceptos rivales (Lawtech) y la definición de lo que significa o no Legaltech se ha ido ensanchando o estrechando en función del caso y el contexto.

Eso está dando lugar a que no siempre sepamos de qué se habla cuando nos referimos a Legaltech, Lawtech o conceptos variantes. Por tanto, vamos a intentar ponerle hilo a la aguja y aclarar algunas ideas.

Legaltech, la abreviatura anglosajona de Legal Technology, sin duda fue la primera forma para hablar de tecnología legal. En ese sentido, comúnmente se entiende que Legaltech se refiere al uso de tecnología para proporcionar servicios legales, ni más ni menos.

Ahora bien, cuando la crisis económica de 2007 impulsa la necesidad en muchos despachos de hacer más eficiente su labor y más baratos sus precios, ya que numerosos clientes dejan de contratar sus servicios y prefieren solventar las tareas legales a nivel interno para ahorrar costes, el concepto da su primer gran giro.

A partir de ese momento Legaltech ya no sirve únicamente para hablar de tecnología que utilizan los abogados, sino que comienza a usarse como etiqueta que identifica a las muchas startups que surgen (en especial de 2011 en adelante) desde el sector legal o a su alrededor, principalmente para proporcionarles herramientas que hagan la labor legal más eficiente y menos costosa.

Acababa de nacer la Legaltech de los primeros años de la última década.

Legaltech de nuestros días

Esa sería en buena parte la Legaltech que definimos por allá 2016 como la utilización de tecnología en servicios legales para crear:

Desde entonces el concepto ha seguido creciendo en popularidad y variedad, y es cuando han comenzado a surgir nuevas versiones del mismo (mayormente desde EE.UU. y Reino Unido) para hablar no de Legaltech, sino de Lawtech. De hecho, para The Law Society de Inglaterra solo existe Lawtech, no Legaltech.

Ahora que sabíamos más o menos qué era Legaltech, aparece un nuevo aspirante que obviamente genera nuevas dudas. ¿Hay diferencias entre Legaltech y Lawtech? En principio sí, ya que aspiran a dar cabida a cosas distintas (aunque el mundo anglosajón británico muchas veces los use de forma indiferente y con ello intente alejarse del concepto Legaltech, de origen norteamericano).

Ahora bien, ¿cómo se diferencian exactamente los conceptos Legaltech y Lawtech? Esa ya es otra historia y no hay una opinión clara.

Por ejemplo, hay quien entiende Legaltech como soluciones para abogados que hacen su tarea de forma más eficiente y barata, mientras que Lawtech serían auto-servicios legales para pequeñas empresas y sin necesidad de contar con abogados.

En la línea de lo anterior va la diferenciación de conceptos que puede encontrarse en el libro «Legaltech: la transformación digital de la abogacía», incidiendo en la idea de Legaltech como herramientas para abogados y Lawtech como herramientas que sustituyen a los abogados, y que además presentan un alto componente de inteligencia artificial y otras técnicas punteras.

Luego tenemos la opinión de quizá el mayor gurú de la innovación jurídica, Richard Susskind, según el cual Lawtech es el concepto de futuro ya que:

Por otro lado, otro gran gurú de la innovación jurídica como Richard Trommans, considera que Legaltech sería el término adecuado ya que describe las actividades del sector legal, al igual que lo hacen RegTech, InsurTech, PropTech o FinTech. Por tanto, cree que deberíamos usar el término ‘Legal’ ya que hablamos de la ‘industria legal’, el ‘mercado legal’ y el ‘sector legal’. Es decir, de tecnología utilizada por un sector de la economía.

Considera que LawTech es un término incorrecto para describir al sector, ya que «Law» en inglés se refiere a la práctica del Derecho o a la aplicación de la Ley. Por tanto, LawTech solo tendría sentido si se refiriera a la tecnología específica de un subgrupo de tareas legales que se relacionan con la elaboración o comprensión de leyes.

Richard Trommans considera también que de la misma forma que hablamos de FinTech para referirnos a «Financial Technology», y no de MoneyTech como uno de sus componentes, Legaltech es mucho más adecuado que Lawtech para describir las iniciativas tecnológicas del sector legal.

Para The Law Society en Inglaterra, que ya hemos visto que solo habla de Lawtech, la misma da cabida a todo: tecnología que mejora el sistema de justicia, que da soporte y mejora la prestación de servicios legales por abogados, a las startups relacionadas o que incluso sustituye al profesional en su labor.

Con esta confusión de términos acaba de nacer la época actual, en la que conviven varios conceptos y múltiples significados no estandarizados.

En conclusión, y resumiendo todo lo dicho: 1) Legaltech es el concepto más habitual y antiguo; 2) su uso más común se refiere a la utilización de tecnología para prestar servicios legales; 3) a principios de 2010 evoluciona para dar cabida al fenómeno startup que surge en relación a la tecnología legal y se precisa y desarrolla el concepto; 4) de 2015 en adelante surge una variante, Lawtech; 5) Lawtech normalmente es entendido como un concepto mucho más global y que va más allá del sector jurídico; 6) también es común asociar Lawtech a tecnología que sustituye al profesional legal; 7) aún así, no hay una definición clara de Lawtech, existiendo también cierta guerra conceptual por el término más adecuado entre EEUU (Legaltech) y Reino Unido (Lawtech); 8) esta batalla de conceptos es un indicador más de uno de los problemas actuales, y especialmente de futuro, de la tecnología aplicada a servicios legales, la falta de taxonomías estandarizadas.

O lo que es lo mismo, la clasificación y ordenación en grupos comunes de los muchos elementos que integran ya el universo de la tecnología legal. Pero esa ya es otra historia, y hablaremos largo y tendido de ella durante el año.

¡Hasta la próxima!

PD: Si alguien quiere conocer mi opinión, yo me quedo con Legaltech.

Foto de portada de Aaron Burden en Unsplash

 

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