Esta semana se ha anunciado el primer Legal Hackathon a escala mundial, el llamado «Global Legal Hackathon«.

La voluntad es unir a programadores, abogados, diseñadores y otros perfiles del 23 al 25 de Febrero de 2018 para crear el embrión de proyectos legales que puedan favorecer la mejora del sector jurídico en materias como el acceso a la Justicia, el desarrollo de negocio, la formación o cualquier otro que uno pueda imaginar.

La iniciativa está abierta a despachos de abogados, facultades de Derecho, colegios de abogados y profesional del sector y relacionado. Pretende alcanzar 50 ciudades, 25 países y hasta 10.000 personas, con una ronda final en Nueva York el proximo 21 de abril de 2018.

Y aunque todavía no hay organizador localizado en España, la iniciativa parece haber generado mucho interés así que con suerte es probable que alguna acabe cuajando y se pueda llegar a participar.

Ahora bien, ¿qué es un Legal Hackathon? A decir verdad, ¿qué es un hackathon? Y sobretodo, ¿qué puede aportar, bueno y malo, al profesional del sector legal que decida participar, patrocinar u organizar uno?

Vamos a verlo.

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El primer Legal Hackathon a escala mundial: www.globallegalhackathon.com

El concepto

Un hackathon (también llamado Hack Fest, Hack Day o Codefest) no es más que un evento en el que programadores, o personas relacionadas con el ámbito del desarrollo de software, se unen a otros perfiles como diseñadores, jefes de proyecto o abogados (que es de donde surge la versión Legal) para colaborar durante un tiempo limitado (horas, días o semanas) en el desarrollo de un proyecto de software.

El proyecto que se cree puede ser sobre un tema libre, para un tipo de software concreto, para una empresa en particular, sobre una temática especial o para un segmento de la población específico.

Por tanto, en el caso de los hackathon comunes el objetivo puede ser colaborar con otras personas (normalmente son equipos de 4 a 6 integrantes) para desarrollar una iniciativa de software en el entorno de trabajo y herramientas de Yahoo, Foursquare o Salesforce (que son empresas que han hecho muchos hackathon). O para crear algo al margen de una empresa y simplemente el límite es un lenguaje de programación (Java) o un área de trabajo (el desarrollo de videojuegos).

En el caso de un hackathon sobre una materia específica, por ejemplo los legales, sigue habiendo programadores pero los equipos también están formados por abogados u otros profesionales jurídicos y el objetivo es desarrollar un proyecto de software relacionado con el mundo legal (desde una herramienta para facilitar el control de horas, gestionar el turno de oficio, favorecer la conexión entre abogados y clientes o a un chatbot legal, por ejemplo).

En cualquier caso, también hay legal hackathons que no implican a desarrolladores (el área del Legal Design es quien más está explorando este tipo de eventos) o incluso en el mundo de la Ciencia de Datos comienzan a ser comunes los llamados Datathon (mismo concepto pero trabajando con datasets y científicos de datos más que programadores).

Al final del día el objetivo es que cada equipo haya desarrollado su proyecto en el tiempo disponible, se haga una presentación del mismo y se elija al ganador.

El origen

El término «Hackathon» (una mezcla de «hack» y «marathon» o un maratón de programación experimental, ya que aquí el término «hack» no se usa en el sentido de delito informático), al parecer fue usado por primera vez en 1999. Por un lado en un evento de los desarrolladores de OpenBSD y a su vez en otro de Sun, teniendo los dos lugar durante junio de 1999.

Por otro lado, el primer Legal Hackathon parece que fue organizado por Jonathan Askin (uno de los grandes gurús de la innovación legal) en abril de 2012 cuando era director de la Incubadora Legal de la Facultad de Derecho de Brooklyn. Si bien fue un hackathon atípico ya que al parecer fue muy teórico, todavía sin programadores y solo con ejercicios prácticos en papel. El primero con el formato comentado parece que lo realizó la Facultad de Derecho de Harvard en febrero de 2013.

Sea como sea, está claro que el fenómeno de los Legal Hackathon es muy reciente y en el mejor de los casos tiene como mucho unos 6 años. Lo que en cualquier caso ofrece una idea de lo mucho que ha evolucionado el tema y el sector, ya que en menos de una década pasamos de una jornada casi teórica a un evento mundial que puede llegar a implicar a 10 mil personas.

Eventos locales

En España tuvimos el primer Legal Hackathon en mayo de 2015, en Bilbao y concretamente en la facultad de Derecho de Deusto. El mismo fue organizado por Ignacio Rodríguez Tucho y Unai Camargo Ruiz y tuve la suerte de participar en uno de los equipos.

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Vista aérea del primer Legal Hackathon en Bilbao, en mayo de 2015

En ese mismo 2015 tuvo lugar el segundo Legal Hackathon, en este caso durante el mes de octubre y en Barcelona. Yo ese lo seguí desde la distancia pero sé de gente que participó en el mismo y salió de allí con el chip muy cambiado.

Finalmente, este mes de junio de 2017 hubo la tercera edición en Madrid y en principio durante la primera mitad de 2018 debería haber una nueva edición en Málaga. Os dejo la web para más información.

A su vez, ha habido otras iniciativas que también encajan perfectamente en el concepto de Legal Hackathon. Por un lado las dos iniciativas de JustiApps organizadas por el Instituto de Innovación Legal, una en 2015 y otra en 2017 (en ésta última estuve como jurado y el nivel fue muy alto, aquí un resumen del evento).

Además, tuvimos recientemente un Datathon sobre el sector salud y el primer Hackathon sobre blockchain, organizado por Telefónica. Y en ambos casos hubo presencia de perfiles jurídicos (no abundante, pero la hubo).

Por tanto no está mal la cantidad de movimiento que ha habido hasta ahora en España en materia de hackathons legales o que incluyan la presencia de perfiles jurídicos.

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En el hackathon del Instituto de Innovación Legal; noviembre 2017

Los pros

Participar, organizar o patrocinar un legal hackathon tiene muchos efectos positivos, ya sea un evento a nivel interno de un despacho o empresa Legaltech o una iniciativa externa en el que se participa con gente que justo acabas de conocer en ese momento:

– Obliga a ser creativo: uno tiene el tiempo y recursos limitados para un objetivo marcado que debe convertir en algo mínimamente viable. Por tanto eso obliga a pensar diferente y con enfoques más ágiles.

Puede dar lugar a proyectos de éxito: un hackathon interno de Facebook fue el origen del botón «Like o Me Gusta», por no hablar de las compañías de éxito que han nacido en uno (GroupMe, que acabaría comprando Skype) o que posibilitaron la creación del equipo que luego crearía un producto de éxito (Nitobi , que acabaría comprando Adobe).

Requiere trabajar en equipo con perfiles distintos: la famosa interdisciplinariedad que tanto se demanda de los abogados jóvenes (y no tan jóvenes), así como la idea de profesionales en T es algo que puede verse potenciado (o enseñado) en un hackathon.

Permite realizar un proyecto eliminando toda la burocracia: aunque el proyecto se lleve a cabo solo en una versión preliminar, el contexto obliga a tomar decisiones rápidas y ejecutivas, obviando reuniones o el típico papeleo para iniciar un proyecto.

Genera un ambiente de camaradería importante: lo que puede reforzar un equipo recientemente formado en una empresa/despacho o comprobar cómo potenciales candidatos encajan con perfiles con los que deberán trabajar.

Enseña a trabajar bajo presión: tener que presentar algo en un tiempo concreto y con unos mínimos exigibles te obliga a centrarte en lo fundamental y trabajar con el reloj encima.

En el caso de un organizador o patrocinador, denota interés por la experimentación y hacer cosas diferentes: por tanto puede ser a nivel público un gran elemento de diferenciación y una demostración de espíritu emprendedor. Más con la corriente tan importante de la Legaltech como materia de fondo.

Te puede cambiar la vida: hay muchos ejemplos online (y casos particulares que podría contar) de personas que fueron a un hackathon (legal o no) y esas horas/días les inspiraron para reenfocar su carrera, comenzar nuevos estudios o darse cuenta de lo mucho que se estaban perdiendo en su día a día profesional.

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El momento celebración del primer Legal Hackathon en España: de 9:30 a 22:30 de un sábado

Los contras

Obviamente no todo iba a ser maravilloso en un (legal) hackathon, así que ahí van algunos de los aspectos negativos:

Si quien organiza quiere ser ambicioso en el tipo de evento a realizar y la cantidad de participantes, puede ser mucho trabajo el que deba realizarse y muchas las neuronas y horas invertidas por el camino.

Hacerlo sin objetivo claro, sobretodo si se busca algo ambicioso, puede ser entendido por algunos como una pérdida de tiempo. Es decir, si uno por ejemplo no busca mejorar internamente el trabajo entre departamentos, impulsar la innovación a nivel de empresa, favorecer la obtención de talento o generar tejido empresarial, entre otras opciones, un hackathon en el fondo es un evento experimental para hacer cosas y crear comunidad. No mucho más. Eso para muchos es muy útil y necesario, pero para otros tantos es un sin sentido poco rentable.

Si se hace a nivel de empresa y entre semana puede verse como tiempo perdido que luego debe recuperarse. Si se hace en fin de semana puede verse como un evento que te deja fundido (mentalmente, aunque también en el físico por la tensión que se acumula) y que luego debes arrastrar durante los días laborables de la semana siguiente. :p Por tanto en un caso y otro dar motivaciones interesantes es clave para favorecer la participación.

– Si se participa con la idea de ganar, llevarse un premio, crear un proyecto de éxito o encontrar partners para un negocio, puede que el evento sea una decepción. Después de todo, lo raro es ganar, pocas veces el premio compensa la cantidad de trabajo de esos días y la conexión con el equipo puede ser fenomenal o un desastre. Por tanto es bueno ir con la idea de pasar un rato divertido, para hacer cosas nuevas que te obligarán a pensar de otra manera y en el que conocerás a gente interesante.

Normalmente casi todos los proyectos nacidos en el hackathon mueren allí mismo, incluso los que ganan:  quizá los celebrados a nivel interno sí tienen más éxito en ese sentido, pero los organizados para que cualquiera se apunte normalmente acaban en una gran experiencia para los participantes, pero luego cada uno vuelve a su vida normal y la mentalidad creativa y sin barreras de esos días/horas se ve normalmente absorbida por la rutina, la distancia o la falta de interés.

En los Legal Hackathon nunca es fácil encontrar suficientes desarrolladores que quieran participar: parece que el sector legal no resulta lo suficientemente atractivo para un desarrollador, por mucho que su vida esté envuelta y condicionada por miles de normas. Por tanto siempre faltan perfiles técnicos. Si queremos que siga habiendo legal hackathons no solo los abogados deben ser los primeros en querer apuntarse, también deben ser los primeros en hacer atractivo para el ciudadano normal (y en este caso el programador en particular) el mundo legal.

En resumen: los legal hackathon molan, participar en muy divertido e intenso, se aprende mucho y organizarlos/patrocinarlos puede ser un gran movimiento a efectos de publicidad o captación de talento. Pero como todo tienen sus problemas y dificultades (algunas muy relacionadas con la propia profesión). Yo en todo caso los recomiendo mucho.

Sea como sea, el primero a escala mundial se acerca y todavía no tenemos host local en España, aunque sí hay muchos profesionales con ganas de participar.

Por tanto, ¿alguien que se se anime? 🙂 Aquí los detalles por si hay ganas.

¿Continuará?

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