Llega el final de año y eso siempre es buen momento para mirar atrás y hacer balance.
Pero también es una buena ocasión para mirar adelante e intentar avanzarse a algunas de las tendencias, ideas y movimientos que veremos en el nuevo año.
Pues bien, aprovechando que estos días la American Bar Association publicó su lista de 15 proyectos Legaltech seleccionados para su Startup Alley Competition en la 2ª edición del TechShow, que celebrará el próximo 7 a 10 de marzo de 2018, creo que esos proyectos son una buena excusa para mirar un poco hacia delante y ver qué se aproxima en 2018 año en materia Legaltech.
Antes de nada, decir que la mayoría de estos proyectos están pensados para abogados y despachos. Por tanto no es Legaltech a nivel de consumidor, área en la que se están dando otro tipo de novedades y de la que también doy una pincelada.
La lista me parece interesante ya que los proyectos son muy nuevos y no el típico servicio de revisión de contratos, análisis en due dilligence o similar. Por tanto, apuntan ya a áreas mucho más específicas y son iniciativas más diversas.
Por cierto, si alguien tiene curiosidad sobre predicciones en materia de IA Legal, aquí un buen resumen del año y pautas de futuro. En resumen, en 2018 llega la hora de mostrar usos prácticos de la tecnología (que los hay) y abandonar las abstracciones y el hype.
Vamos con ello:
- Book- it Legal, o una plataforma web para conectar a abogados y estudiantes de Derecho para encargar tareas por proyecto. Por ejemplo para revisar documentos, investigar una materia o redactar un artículo. Pretende que los abogados puedan recurrir a «mano de obra» más económica a la vez que los estudiantes tienen nuevas y más diversas vías para obtener su primera experiencia y sueldo en el sector. En Europa hay algo parecido con F-Lex. Y de forma similar, Vortex Legal quiere convertirse en el Expedia del Derecho, facilitando la localización y puntuación de cualquier tipo de profesional relacionado con el mundo jurídico (peritos, traductores, intérpretes, detectives y demás).
- Gideon, o un asistente legal avanzado que opera a nivel externo e interno. Es decir, puede hacer de primer punto de contacto con un potencial cliente pero a la vez puede servir para informar a un cliente sobre el estado de su caso. Con la mínima intervención humana. Para ello se integran con el CRM de la firma, obteniendo tanta información como sea posible e incluso permite referenciar los clientes que no interesen a la red interna de abogados de la plataforma. Por cierto, tenemos otros asistentes legales en camino en 2018, como Lara o la nueva versión de Larissa.
- Time Miner, o un sistema para medir el tiempo de trabajo dedicado pero con la particularidad que solo funciona en móvil. El software monitoriza toda la actividad realizada con clientes y de forma automática, sin tener que hacer nada extra, entrega un informe diario del tiempo dedicado a escribir un mail o hacer una llamada. TotemTimer intenta hacer algo así pero a nivel de hardware y Ping dice ser el Fitbit de los abogados. Mientras tanto, Digitory Legal hace el camino al revés, usar machine learning para predecir el coste de una tarea y los plazos a que implicará.
- Voluble, o el análisis de datos no estructurados en redes sociales, foros e Internet en general para extraer tendencias y datos útiles en materia legal. Desde ayudar a fundamentar una propuesta en propiedad industrial, a probar un problema de competencia desleal o publicidad engañosa. Social Evidence también analiza contenido en Internet para buscar, localizar y usar información de medios sociales con relevancia legal para un concreto caso. Al igual que Evichat, que hace un «peritaje» de un dispositivo móvil para luego facilitar la localización de información relevante en un asunto. Y en parte relacionado, Loom Analytics también busca trabajar la analítica jurídica en datos no estructurados, en este caso en asuntos que se resolvieron mediante acuerdo extrajudicial pero en los que interesa conocer qué hubiera pasado de haberse llegado a juicio.
- Qualmet, o una plataforma SaaS para que departamentos legales de mediana y gran empresa midan y auditen el valor proporcionado por los servicios legales externos que tengan contratados. También en la línea de simplificar y trazar adecuadamente contrataciones muy complejas está SimplyAgree. Y pensando en el abogado unipersonal que quiere automatizar todo lo posible el proceso de redacción de contratos y documentación legal, Lawyaw intenta darle una nueva vuelta de tuerca a la materia aplicando de forma agresiva la detección de errores, duplicidades y demás.
Y antes de acabar, creo que merece mención otra área que también verá el próximo año numerosos proyectos interesantes. Se trata del llamado «Access to Justice» o favorecer el acceso a la Justicia y a servicios legales mediante la tecnología a personas con menos recursos. Un problema muy serio y en el que la tecnología puede ayudar. En ese sentido hay iniciativas llamativas como la de MetaJure (un gestor inteligente de documentos legales) que por cada dólar obtenido en sus rondas de financiación ofrece gratis una cantidad equivalente de sus productos a servicios legales gratuitos, de bajo coste o del turno de oficio. Otro destacable es HelpSelf Legal, un chatbot que ofrece información jurídica básica a víctimas de la violencia de género (en España tenemos a V¡VA haciendo algo similar). Llama también la atención Pro Bono Catalog, una plataforma para dar visibilidad y atender casos pro bono de forma estructurada, geolocalizada y centralizada, o JustFix, un servicio online de ayuda legal gratuito en Nueva York para personas en riesgo de exclusión que necesiten consejo en reclamaciones inmobiliarias o relacionadas con la vivienda.
Y estos serían algunos de los proyectos que veremos durante el año que viene.
Definitivamente no consisten en la típica plataforma de venta de plantillas legales, marketplace jurídico o CRMs al uso, aunque también los hay o son ideas que sirven como punto de partida en algunos casos. Pero para ser proyectos que están dando sus primeros pasos, la apuesta tan fuerte por analítica de datos legales, la aplicación de técnicas complejas como machine learning o NLP que realizan o los enfoques que ofrecen son francamente nuevos y a tener en cuenta.
Y eso que no he mencionado blockchain o contratos inteligentes (aunque ya lo hice hace unos meses), tecnologías que muchas quinielas señalan como una de las que más potencial tendrán en 2018 en materia legal. Sea como sea, si startups legaltech ofrecen ya esto, quién sabe lo que pueden traer durante 2018 los grandes jugadores. Los seguiremos de cerca.
¡Felices fiestas!